

El ágata promueve el equilibrio y la armonía interior, aportando una sensación de calma. Fomenta la aceptación de uno mismo, de los demás y de las experiencias de vida. Estimula la clarividencia, la suerte y refuerza la sensación de seguridad, porque ofrece un anclaje profundo. Amplifica nuestra capacidad de percibir la belleza del mundo que nos rodea.
Nuestras piedras rodadas ágata se venden individualmente: tamaño de 2 a 3 cm. Cada pieza es única y elegida por nosotros.
El ágata se purifica con agua salada de manantial y se recarga al sol o sobre una masa de cuarzo.
Cada piedra de ágata tendrá propiedades específicas dependiendo de su color dominante:
Ágata Rosa: Sanación emocional, disipa la ira, la perseverancia...
Ágata Gris: Meditación, contemplación, creación, antiestrés...
Ágata Blanca: Franquicia, tolerancia, paz, conexión con el niño interior...